Festas Barceloneta




La Barceloneta es un barrio marinero del distrito de Ciutat Vella de Barcelona construido durante el siglo XVIII y proyectado por el ingeniero Pròsper de Verboom a fin de dar cabida a los habitantes del barrio de La Ribera que habían perdido sus viviendas, mandadas demoler por Felipe V para construir la Ciudadela. Su población es de 22.428 habitantes en el censo hecho durante el 2008.





El barrio de la Barceloneta debe su existencia a los terrenos que se ganaron al mar al absorber la Isla de Maians.





El barrio tiene forma triangular y limita con las playas del barrio y el mar, con el Muelle de España del Port Vell y con el barrio de La Ribera, la Estación de Francia y el nuevo Puerto Olímpico de la ciudad. La estructura urbanística del barrio es un buen ejemplo del tipo de urbanismo del período de la Ilustración, con calles de trazado rectilíneo e islas de casas regulares. La tipología de vivienda en origen era el de viviendes unifamiliares de planta y piso con acceso a dos calles para que tuviesen una ventilación óptima. Con el paso de los años y la especulación, esta estructura ha desaparecido y encontramos edificios con alturas muy superiores a las que se establecieron en origen, además de la partición de las viviendes originales en mitades y cuartos de piso.



Durante el siglo XIX tuvo un importante desarrollo industrial con grandes fábricas hoy desaparecidas como la Maquinista Terrestre y Marítima, convertidas en la actualidad a pabellones deportivos o instituciones educativas.



La festa






El año 1855 se instituyó la Fiesta Mayor de la Barceloneta dedicada a su patrón San Miguel Arcángel, para animar la celebración al principio se organizaban bailes populares pero con el tiempo se decidió crear comisiones para organizar la Fiesta Mayor que no sólo hacían bailes sino que añadieron cada vez más actos como el pregón, engalanar e iluminar las calles, las degustaciones de coca y moscatel, las bandas de música y el famoso cañón que sale puntualmente a las 9 de la mañana el día 29 de septiembre.




Hay muchas historias sobre esta tradición de cañón que se añade a la fiesta hacia el año 1915, una explica que parece que fue el señor Farell, un vecino del barrio, quién importó la idea desde Francia donde vio un cañón de madera que anunciaba la fiesta mayor tirando caramelos y juguetes a los niños. Le gustó tanto que hizo construir un cañón para la Barceloneta y convenció a un vecino que, vestido como un general de Napoleón, se encargaba de dar la orden de disparar los ensordecedores petardos al tiempo que tiraban caramelos. A los niños del barrio no les desagradó la idea y cada año esperaban ansiosos la salida del cañón. Pero en una ocasión, fruto de las desavenencias que había en el barrio, el señor Farell se negó a organizar las fiestas y dio el cañón al rector para que lo custodiase. Los más pequeños al darse cuenta de la noticia corrieron hacia la rectoría gritando la famosa frase "señor rector, queremos el cañón", y así fue como se forjó esta tradición que llena de niños y caramelos las calles del barrio.
Hay otras versiones que atribuyen la forja del cañón a Miquel Escuder aunque es cierto que durante el desfile de Carnaval de 1876 hizo construir un gran cañón que cargado de aire comprimido tiraba dulces, palomas, muñecas y productos de su fábrica tampoco no falta quien apunta en qué fue la empresa pirotécnica Igual la encargada de su construcción entre 1912 y 1915. Por otra parte hay constancia que en el S.XIX durante los combates navales del Corpus, en la plaza San Miquel, ya se habían organizado representaciones con artillería siendo éste el posible origen de la salida del cañón.

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