Teatre Grec: María del Mar Bonet





Pre Concierto

Estoy cansada. Voy en metro y creo que aún no he aceptado y digerido toda mi vida, mi homosexualidad amagada y silenciada, hasta que llegaron las primeras paraulas. Cerraré los ojos, me quitaré las gafas y dejaré que me invada y colonice su sonido. Conozco sus rasgos, curvas e imperfecciones, arrugas y demás efectos de la gravedad, del tiempo.

Comeré cerca del teatre grec, en casa, sola, como siempre, hace tiempo que acepte como soy o en parte, y sé lo que tendré y no tendré. Rodeada o acompañada de las "no deseadas" o de mis prostitutos, la única opción. Las fronteras. El no deseo.


Concierto





Entró mecida por el sonido del mar. Y nos regaló a nuestras orejas, sabores del mediteráneo, del norte y del sur, de grecia, de las baleares. Sólo sé que mis orelles siempre existiran para escuchar tu sonido: esté donde esté, vaya donde vaya.

El silencio que nos une. Mi silencio homosexual. Tu silencio linguistico. La impotencia. La por. La rabia. Y por fin, también, algún día, una petita victoria. Los pequeños festejos. La celebración de la llegada de la unión de tu sonido y mis orelles.

Bonet & yo.

La primera vez que apareció su nombre en mi vida, fue durante los juegos olímpicos del '94 en Madrid. La siguiente vez, fue muchos años después. Lo leyeron mis ojos en la pantalla de un portátil, en Salamanca, mientras veía los créditos de una película llamada Caricies, de Ventura Pons. Mis oídos se llenaron de ella, desgustado el final de esta película.

Dejando a un lado las sensaciones y la magia cinematográfica, la osadía y la inmoralidad descarada de Pons, su voz, se clavo dentro. No entendía muy bien la letra, lo que decía el poema, jo em donaria...pero gracias a su voz, su color, sus cuerdas, el temblor de estas en sus garganta en mis oídos, transmitieron perfectamente el mensaje, la siguiente información a mi cerebro: soledad, libertad, alineación, belleza, dolor, silencio, pasión, incomunicación y sensualidad. Te busque más, no dude. Y su música, siguió invadiendome (y lo peor de todo, es que me dejaba)

Casi tres años después, en otro momento crucial, duro, brutal, sanguinario, ciego...Volviste a aparecer con otro disco de las balears, Amic Amat y El cant medievo-catalá. Sonaba a Grecia, no sabía muy bien a qué. Después leí algo sobre el origen de la música, sobre el ritual, y la historia del himno catalá-mallorquí, balear: de los Països Catalans.







A fecha de hoy, como el primer día que llegué a Barcelona, sigo igual de asustada. Y probablemente haga lo que he hecho toda mi vida, exiliarme, apartarme, alejarme, ceder a los aptos. Pero sé que volveré, porque al igual, que yo cuando tuve un poco de poder adquisitivo-economico, cuando rocé el sueño de poder ser independiente económicamente, laboral, y relacional-emocional, lo inverti en tus calles, en tus tiendas, en el fuet, en los calçots, en tus quesos, en tus vinos, en tus tomates, en tus frutas....Barcelona, esta ciudad, y este país, me devolvió de algún modo todo eso y más. En otras ciudades y regiones, me condenaban y me negaban el derecho a vivir. Aquí, me enseñaron el triunfo, el triunfo de la vida. Y de la misma manera, en la calle arrastrandome buscando un hueco, trabajo o en un hotel de cinco estrellas, en ambos caso, he disfrutado al cien por cien. Por eso, sólo aquí, creo que he dado lo mejor de mí, aunque para las nietas o hijas de maria del mar bonet, la heterosexualidad, la violencia simbólica, el machismo y demás, me sigan rechazando por cualquier chico culto (con recursos economicos para ilustrarse), musculado, con carisma o capacidad de ser hipócrita. Pese a todo, cuando me marche, no miraré atrás, porque al sitio en el que llegue (será en el norte, donde haya alguna posibilidad de hacer dinero), toda la fuerza que me ha dado la voz de maria del mar bonet y las gentes de por aquí de varias clases sociales y étnicas, y daré lo mejor de mí. Si no volviese a estos paises catalans, a Barcelona, es porque no pude lograr asentarme, hacer dinero y volver con dignidad. Porque para mí, Barcelona, significa: poder ser igual en todos los aspectos. Volvería, en unos 15 años, con algo de pasta ganada por mí y en moto. Me alquilaría una habitación y a buscar otro trabajo. Ser invisible, pero siendo yo misma: con mis flaquezas y grandezas. Sin dolor. Sin rabia. Sin tristeza. Si no encuentro esa cura por otros lugares, sin duda no volveré. Amo demasiado la ciudad, tus trenes, tus estaciones, tus calles, tu historia, tu sonido y a tus mujeres.

Este blog, es la consecuencia de positiva de ofrecerle todas las posibilidades y opciones a una lesbiana, loca y con mucha mierda adherida, ajena y culpa religiosa.
Todo mi amor libre, energico, descarado, imprevisible, silencioso y cósmico, es sólo para ti.

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